Está a punto de terminal la última edición del evento de telefonía móvil por antonomasia y desafortunadamente, volvemos a casa con sensaciones agridulces. Pocas novedades, mucho girar en torno a la que será pero descentrados y olvidados en lo importante: el ahora. Y es que parece que ya está todo inventado y que las marcas tienen poco margen de sorpresa.
Tanto es así que la estrella del evento ha sido un teléfono reeditado, el Nokia 3310, que lejos de innovar nos adhiere a la nostalgia de lo que un día fue la telefonía. También hemos encontrado ausencias casi imperdonables como la de Xiaomi y promesas incumplidas, como las de ZTE.
ZTE y Gigabit, la gran decepción
Parecía que ZTE lo tenía todo preparado para mostrarle al mundo el que sería el primer teléfono con conexión móvil a 1 Gbps de la historia, pero la realidad fue otra totalmente distinta. La compañía no solo no presentó físicamente el terminal, sino que su fecha de lanzamiento ni si quiera se llegó a plantear.
El Gigabit que esperábamos se quedó en un prototipo que ni tan siquiera pudimos manipular, pues se encontraba metido dentro de una vitrina. No sabemos si es que se le echó el tiempo encima a ZTE o simplemente crearon expectativas que no supieron cumplir, pero desde luego nos dejaron bastante descontentos.
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